La inflamación del hígado: la hepatitis

La hepatitis es una enfermedad inflamatoria que afecta, principalmente, al hígado y, si bien es cierto que existen siete tipos diferentes, las que mayor prevalencia tienen son: la A, la B, y la C, las cuales comparten los mismos síntomas, pero formas de transmisión diferentes.

VIRUS A

La Hepatitis A se encuentra en los excrementos de la persona infectada, por lo que el “beso negro” o el contacto orogenital (boca – ano) es una práctica de riesgo para la transmisión de este. Además, puede producirse una infección a través de líquidos o comida contaminada por lo que la higiene es fundamental para una buena prevención.

Presenta un periodo de incubación que dura entre 14 y 28 días, por lo que los síntomas no se presentan hasta que haya pasado este tiempo. Se puede prevenir evitando el contacto oral con restos de heces, ya sea a la hora de lubricar el ano o cuando lo estamos estimulando directamente con la boca con pantallas de látex. Existe una vacuna eficaz para evitar una infección del virus de la hepatitis A, que se administra en dos dosis vía intramuscular, cuya segunda pauta se establece a los 6-12 meses de la primera.

Los síntomas de la infección aparecen en el plazo de dos a seis semanas y pueden incluir dolor de cabeza, fiebre, pérdida de apetito, náuseas, vómitos, pérdida de la vitalidad y dolores musculares. La coloración amarilla de la piel y en los ojos (ictericia) o una coloración marrón en la orina (coluria), así como blanca en las heces (acolia) pueden ser indicios de esta enfermedad.

No existe un tratamiento específico para la hepatitis A más allá de las vacunas, pero la mayoría de las personas que contraen dicha enfermedad se recuperan por sí solas en pocas semanas, de modo que, una vez superada, el sistema inmunológico no permite volver a infectarse en el futuro. De esta forma, el tratamiento sintomático que requiere es reposo y una dieta específica carente de alcohol y grasa.

VIRUS B

El virus de la Hepatitis B está presente en sangre, semen y flujo vaginal, por lo que son formas de transmisión del virus. Si estos fluidos entran en contacto con heridas o mucosas pueden generar la enfermedad en el receptor. Además, el canuto de esnifar cocaína puede ser una vía de infección.

La prevención se puede llevar a cabo mediante el uso de preservativo en las relaciones sexuales, al igual que evitando el contacto directo con la sangre de personas infectadas o indirecto a través de cepillos de dientes, hojas de afeitar, etc.

La hepatitis B aguda no requiere tratamiento, ya que el 95% de los pacientes se recupera espontáneamente sin secuelas, aunque es importante llevar a cabo labores de prevención debido a su alta tasa de contagio. Sin embargo, la hepatitis B crónica debe tratarse para evitar el daño progresivo del hígado. Las medidas preventivas incluyen evitar el consumo de alcohol y de ciertos medicamentos que dañan el hígado, evitar el sobrepeso, cuidar la alimentación, análisis de sangre y ecografías abdominales periódicos.

Existe, igualmente, una vacuna eficaz para evitar la infección del virus de la hepatitis B. Se suele administrar en 3 dosis. Los intervalos entre las dosis pueden variar. El esquema más frecuente es una primera dosis, al mes la segunda dosis y a los seis meses, la tercera dosis.

VIRUS C

El virus de la Hepatitis C (VHC) está presente principalmente en la sangre, de modo que la trasmisión del virus puede darse a través de las mucosas y heridas por contacto con cualquier objeto que haya estado expuesto a sangre infectada. Todo material que contenga rastros de sangre infectada por el VHC es una posible vía de trasmisión, como pueden ser maquinillas de afeitar, juguetes sexuales, agujas, material para esnifar, etc.

La infección por vía sexual está relacionada sobre todo con prácticas sexuales de penetración anal, principalmente en aquellas con mayor presencia de lesiones (como el fisting), y por compartir el lubricante en prácticas de sexo en grupo (como el crisco), que se mezcla con sangre. El empleo de preservativo en las penetraciones anales y guantes de látex en la práctica del fist fucking puede ayudar a la reducción de riesgo de la transmisión.

La Hepatitis C produce síntomas similares a los de la Hepatitis A y B, aunque muchas veces no son evidentes en los primeros meses de la infección. Al igual que en los otros dos tipos de Hepatitis, es posible estar asintomático. No existe vacuna preventiva para la Hepatitis C.

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