11 de octubre, Día Internacional de la Salida del Armario

La LGBTIfobia interiorizada

La LGBTIfobia interiorizada es la experimentación de sentimientos negativos que una persona LGBTIQA* puede tener hacia su propia orientación sexual, identidad de género, expresión de género o características sexuales. Estos sentimientos suelen derivarse de la interiorización de las actitudes, prejuicios y estigmas sociales que existen en la sociedad hacia las personas LGBTIQA*. Es un proceso psicológico y emocional complejo, con profundas raíces en la discriminación y la marginalización histórica que sufren estas personas.

Origen de la LGBTIfobia interiorizada

  1. Socialización y cultura: Desde una edad temprana, las personas son socializadas en la sociedad donde ser una persona cis y heterosexual es la norma. Esto deriva en que las expectativas sociales, culturales y religiosas refuerzan este relato y las personas LGBTIQA* pueden internalizar estos valores y creer que hay algo mal en ellos por no ser así
  1. Discriminación sistémica: Las leyes, políticas y prácticas institucionales que marginan o criminalizan a las personas LGBTIQA* refuerzan la idea de que sus identidades son inaceptables y la otredad. Esta discriminación puede ser explícita o implícita, pero, en cualquier caso, contribuye a la formación de actitudes negativas hacia uno mismo.
  1. Rechazo familiar y social: El rechazo o la falta de apoyo por parte de la familia, los amigos y la comunidad también pueden llevar a la interiorización de la LGBTIfobia. Si una persona crece en un entorno donde se ridiculiza o condena la diversidad sexual y de género, es más probable que interiorice estos prejuicios.

Consecuencias de la LGBTIfobia interiorizada

  1. Salud mental: Las personas que experimentan LGBTIfobia interiorizada a menudo sufren de ansiedad, depresión, baja autoestima, y en algunos casos, ideación suicida. La constante autocrítica y la falta de aceptación propia pueden llevar a un deterioro significativo de la salud mental.
  1. Autoaceptación y relaciones personales: La LGBTIfobia interiorizada puede dificultar que las personas acepten plenamente su identidad, lo que afecta negativamente sus relaciones personales y su capacidad para formar conexiones saludables y auténticas.
  1. Riesgo de comportamientos destructivos: Algunas personas pueden recurrir a comportamientos destructivos, como el abuso de sustancias o la autolisis, como una forma de lidiar con el dolor y la confusión que sienten.
  1. Aislamiento social: Las personas con LGBTIfobia interiorizada pueden aislarse socialmente, evitando situaciones o personas que puedan desafiar sus creencias negativas sobre sí mismos. Esto puede limitar su acceso a redes de apoyo y recursos comunitarios.

Soluciones para mejorar la vida de las personas LGBTIQA*

  1. Apoyo psicológico: La terapia afirmativa es crucial para ayudar a las personas a trabajar en la aceptación de su identidad y a desafiar las creencias negativas que han interiorizado. Es importante que les profesionales estén capacitados en temas LGBTIQA* para brindar el apoyo adecuado.
  1. Educación y concienciación: Promover la educación y la concienciación sobre la diversidad sexual y de género en todos los niveles (familia, escuelas, lugares de trabajo, etc.) puede ayudar a reducir el estigma y las actitudes negativas que contribuyen a la LGBTIfobia interiorizada.
  1. Redes de apoyo y comunidades seguras: Crear y promover redes de apoyo donde las personas LGBTIQA* puedan conectarse con otras que comparten experiencias similares es vital. Estos espacios seguros permiten a las personas explorar y afirmar su identidad en un entorno positivo y de apoyo.
  1. Visibilidad positiva: La representación positiva de personas LGBTIQA* en los medios, la cultura popular y las figuras públicas puede ayudar a contrarrestar los estereotipos negativos y ofrecer modelos a seguir que refuercen la autoaceptación.
  1. Políticas inclusivas y protección legal: Abogar por leyes y políticas que protejan los derechos de las personas LGBTIQA* y promuevan la inclusión es crucial para reducir la discriminación y el estigma a nivel sistémico.
  1. Educación en familias: Trabajar con las familias para que entiendan y acepten la diversidad sexual y de género puede ser clave para reducir el rechazo familiar y apoyar el desarrollo saludable de las personas LGBTIQA* en sus entornos.

¿Salir del armario?

Es un término que se utiliza para hacer referencia al proceso por el que pasan algunas personas LGBTIQA*, en el que aceptan una orientación sexual y/o identidad de género fuera de la cisheteronorma, y lo comparten abiertamente con otras personas.

Es un proceso personal y diferente para cada persona, no hay una forma correcta de hacerlo, pero si es importante que la persona lo haga cuando se encuentre preparada, por su propia iniciativa y no hacer outing, que es hacer público que una persona es LGBTIQA* sin que lo haya expresado públicamente y sin su consentimiento.

Cabe mencionar que hay personas que pueden entender el término “salir del armario” como algo negativo, pero debemos tener presente siempre la historia de lucha de las personas LGBTIQA* y resignificar conceptos que nuestras antecesoras utilizaban para visibilizar realidades y luchar por los derechos LGBTIQA*.

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