En un estudio en 28 países, alrededor del 5,1 % de los hombres y 7,2 % de las mujeres se identifican como bisexuales.
En España, una encuesta reciente indica que aproximadamente 5 % de la población se identifica como bisexual cuando se pregunta sin necesidad de elegir “solo heterosexual u homosexual”.
La juventud
Entre jóvenes de 20 a 25 años en España, el 26 % de las mujeres se declaran bisexuales, frente al 17 % de los hombres de la misma franja.
Además, entre la Generación Z se observa un aumento importante en quienes se identifican con orientaciones fuera de la heterosexualidad, incluyendo la bisexualidad.
Desigualdades
Las personas bisexuales tienen tasas más altas de depresión, ansiedad, ideación suicida y otros problemas de salud mental, incluso en comparación con lesbianas o heterosexuales.
Un estudio que incluyó adolescencia encontró que el 49,4 % de quienes se identifican como bisexuales reportan síntomas de mala salud mental (ansiedad/depresión), frente al 18,9 % de sus pares heterosexuales.
Además, existe evidencia de un “doble estigma”: rechazo tanto desde la sociedad heteronormativa como, en algunos casos, dentro del propio colectivo LGBTIQA*. Eso incrementa el estrés, la interiorización de prejuicios, etc.
La realidad de la salud mental
En estudios, un porcentaje relevante de bisexuales muestra comportamientos que se asocian con mayor riesgo para la salud (uso de sustancias, conductas de riesgo, etc.), así como co-ocurrencia de varios problemas de salud mental.
Por ejemplo, el estudio del Reino Unido citado en “Sexual identity inequalities in the co-occurrence…” muestra que las adolescencias bisexuales tienen más probabilidades de reportar 3 o más riesgos para su salud y mala salud mental que los heterosexuales.
Aunque las cifras varían según país, cultura y forma de preguntar, los datos muestran que la bisexualidad no es rara ni marginal, sino una orientación realmente presente y creciente en visibilidad. Las generaciones más jóvenes tienden a identificarse con mayor libertad, lo que puede reflejar una mayor aceptación social, más diversidad en las opciones de identidad, y más apertura en hablar del tema. La salud mental es un asunto serio: la bisexualidad puede venir acompañada de mayores riesgos relacionados con la discriminación, el silencio, la invisibilidad, el doble estigma. Por eso es muy importante hablar de apoyo, recursos y reconocimiento.