1. Las personas migrantes traen el VIH desde sus países de origen
Aunque es común pensar que las personas migrantes llegan a España ya infectadas, la evidencia muestra que una gran proporción adquiere el VIH después de migrar. En Europa, se estima que hasta el 72% de los hombres gais, bisexuales y otros que tienen sexo con hombres (GBHSH) y el 38% de los heterosexuales contrajeron el virus en su país de acogida. Este mito perpetúa la estigmatización y desvía la atención de la necesidad de estrategias preventivas en los países receptores.
2. «Las personas migrantes son responsables de propagar el VIH»
Este prejuicio no solo es falso, sino que también contribuye al estigma. En realidad, los migrantes suelen ser víctimas de condiciones sociales y económicas que aumentan su vulnerabilidad, como la falta de acceso a servicios médicos, barreras lingüísticas y desconocimiento sobre medidas preventivas. Además, muchos enfrentan discriminación al buscar atención sanitaria.
3. «El VIH afecta más a los migrantes porque tienen prácticas sexuales más peligrosas”
Este mito simplifica un problema complejo. Aunque algunos grupos pueden tener mayor exposición a factores de riesgo debido a condiciones como la explotación laboral o sexual, también influyen otros elementos como la separación de redes sociales, el desconocimiento sobre prevención y tabúes culturales relacionados con la sexualidad.
4.»Los migrantes con VIH no tienen derecho a recibir tratamiento en el país receptor»
En muchos países, como España, el sistema sanitario garantiza el acceso al tratamiento antirretroviral para todas las personas, independientemente de su estatus migratorio. Sin embargo, este mito puede desalentar a las personas migrantes a buscar atención médica por miedo o desinformación.
5.»Las mujeres migrantes con VIH no pueden tener hijos sin transmitirles el virus»
Este mito es falso y perpetúa la desinformación. Gracias a los avances en el tratamiento antirretroviral y a las estrategias de prevención de la transmisión vertical, como el control médico durante el embarazo y el parto, las probabilidades de que una mujer con VIH transmita el virus a su hijo son extremadamente bajas (menos del 1% si se siguen las recomendaciones médicas). Sin embargo, muchas mujeres migrantes enfrentan barreras para acceder a estos servicios debido a su situación legal, estigma social o falta de información, lo que refuerza esta creencia errónea.
6. «Las mujeres migrantes no tienen riesgo de contraer VIH si no ejercen trabajo sexual»
Este mito es incorrecto, ya que reduce la vulnerabilidad al VIH únicamente al trabajo sexual, lo que ignora otros factores de riesgo. Muchas mujeres migrantes adquieren el virus a través de relaciones heterosexuales no protegidas, que son la principal vía de transmisión en este grupo. Además, enfrentan desigualdades sociales, económicas y culturales, como violencia de género, explotación sexual y falta de acceso a servicios de salud, que aumentan su vulnerabilidad.
7.»Las mujeres migrantes con VIH son un riesgo para sus parejas sexuales»
Este mito perpetúa el estigma y desconoce los avances médicos. Una mujer con VIH que sigue correctamente su tratamiento antirretroviral puede alcanzar una carga viral indetectable, lo que significa que no puede transmitir el virus a sus parejas sexuales (concepto conocido como «Indetectable = Intransmisible» o I=I). Sin embargo, este conocimiento no siempre llega a las comunidades migrantes debido a barreras culturales o lingüísticas.
En Diversas tenemos a tu disposición, Trabajo Positivo, el proyecto de sensibilización y orientación sociolaboral para personas con VIH. Pide cita previa por WhatsApp en el 623 42 43 48 o a través del formulario de la web.


