¿QUÉ ES?
El herpes simple es una infección del tracto genital, que se caracteriza por la aparición de lesiones cutáneas formadas por pequeñas vesículas agrupadas en racimo y rodeadas de un aro rojo.
Hay dos tipos de virus del herpes simple: el VHS-1, que suele producir herpes labial y se transmite por contacto de boca a boca y producir síntomas como pupas labiales; y el VHS-2 que puede causar el herpes genital, cuya transmisión es por vía sexual.
Si bien es cierto que las lesiones desaparecen, el virus puede quedar latente en el organismo y reactivarse en cualquier momento de la vida. Entre los factores que pueden desencadenar su activación, nos encontramos con situaciones de estrés, alergias, enfermedades, ansiedad, infecciones bucales, etc. Además, como en el caso de otras infecciones del tracto genial, las lesiones en la piel del herpes genital pueden favorecer la transmisión y la entrada del VIH.
SINTOMAS
Entre 2 y 21 días tras la relación de riesgo, aparecen vesículas o ampollas que se erosionan y forman úlceras que duelen, escuecen o molestan. Puede haber malestar general y fiebre.
La manifestación más distintiva de esta infección se presenta con la aparición de vesículas dolorosas en el área infectada, ya sea en la vulva o vagina, el pene, el ano, el recto o, en casos muy raros, en la boca. Además, los síntomas característicos incluyen una sensación de hormigueo, así como picazón o dolor en las lesiones. Estas vesículas eventualmente se rompen, liberan líquido y pueden sanar formando costras o causar lesiones ulcerativas dolorosas que pueden tardar semanas en cicatrizar por completo.
Se localizan en: glande, uretra, cuerpo del pene, escroto, alrededor del ano (y dentro), vulva, vagina, cuello uterino, nalgas y muslos.
TRANSMISIÓN
Es posible contraer una infección genital por herpes al tener relaciones sexuales sin protección, ya sean vaginales, anales, orales o mediante contacto cercano ano-genital con una persona infectada. El VHS-2 puede transmitirse desde lesiones en la piel y mucosas, así como a través de secreciones que contienen el virus, incluso si no hay lesiones visibles ni otros síntomas aparentes. En algunos casos, el diagnóstico de herpes puede realizarse mediante la observación de las características de las lesiones, aunque normalmente se toman muestras de las vesículas o úlceras para realizar pruebas de laboratorio.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
El diagnóstico del virus del herpes simple (VHS) se realiza mediante una combinación de examen físico, historial clínico y pruebas de laboratorio. El personal médico suele identificar las úlceras características del herpes a través de un examen visual, pero para confirmar la infección, se toma una muestra de una llaga activa. Esta muestra se analiza utilizando técnicas como el cultivo viral o la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), que detecta el ADN del virus con alta sensibilidad.
En algunos casos, se pueden realizar análisis de sangre para detectar anticuerpos contra el VHS, lo que ayuda a determinar si la infección es reciente o pasada y a diferenciar entre los tipos VHS-1 y VHS-2.
El tratamiento del VHS no cura la infección, pero los medicamentos antivirales pueden aliviar los síntomas y reducir la frecuencia y gravedad de los brotes. Además del tratamiento médico, es importante que las personas afectadas reciban apoyo emocional y educación sobre cómo vivir con el virus y prevenir su transmisión.
PREVENCIÓN
La prevención del virus del herpes simple (VHS) se centra en reducir el riesgo de transmisión mediante varias estrategias efectivas. El uso de método de barrera como el preservativo o las barreras de látex bucales durante las relaciones sexuales vaginales, anales y orales puede disminuir la probabilidad de transmisión, aunque no proporciona una protección completa, ya que el virus puede estar presente en áreas no cubiertas por el condón.
Del mismo modo, es recomendable reducir el contacto sexual durante un brote de herpes, puesto que es el periodo donde el virus es más contagioso. Las personas con herpes pueden considerar la terapia antiviral diaria, lo cual ayuda a reducir la carga viral y disminuye las posibilidades de transmisión a sus parejas.



