La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB) ha presentado este miércoles los datos extraídos de una encuesta realizada a una muestra de jóvenes y menores trans de todo el territorio estatal y sus familias que revela que el 52% de las personas trans ha sufrido transfobia en actividades de educación no formal como campamentos o actividades extraescolares.
El sondeo, que se realizó entre una muestra que, aunque no es representativa (70 jóvenes de entre 18 y 25 años y 27 familias), sí ofrece datos significativos sobre los obstáculos que afrontan: un 63% de las personas trans que participaron en actividades de educación no formal denunció que nunca o rara vez se dirigían a ellas según su identidad de género y su nombre. Además, una de cada 4 no realizó actividades en el ámbito de la educación no formal, el 60% de ellas, por miedo al rechazo por ser trans.
Además de no ver respetada su identidad de género, la juventud trans participante en actividades extraescolares sufrió preguntas inadecuadas sobre cómo era su cuerpo, genitales u otros tipos de curiosidad inapropiada (36%) y se vio en la obligación de usar los aseos correspondientes al género que se les asignó al nacer y no al propio (33%), entre otras discriminaciones. El 35% de las personas trans encuestadas que sufrió transfobia nunca informó a nadie de la situación que estaba viviendo.
No obstante, las personas trans que han participado en este estudio afirmaron que tener que sufrir este tipo de situaciones les provocó un impacto importante en su estado emocional: el 94% experimentó un aumento del malestar que sentían con su identidad de género; el 88% sufrió emociones intensas de miedo o tristeza; el 61% tuvo ideaciones suicidas; el 50% se autolesionó tras estas experiencias y a un 17% le condujo a un intento autolítico.
Ante estos datos, el vicepresidente de FELGTB, Mané Fernández, ha solicitado durante su intervención en la presentación que, “en el marco de las competencias autonómicas, se revise la regulación de las políticas públicas en materia de educación no formal para que haya medidas que integren la diversidad afectivo-sexual, de género y familiar”.
Asimismo, reivindicó que “es trascendental que personas tituladas en monitoraje, coordinación, dirección de tiempo libre o perfiles profesionales con este enfoque reciban formación en diversidad afectivo-sexual, familiar y de género y que esta materia sea abordada en los cursos de capacitación de una manera efectiva”.
Los beneficios de la educación en diversidad
Por su parte, el coordinador de Educación de FELGTB, Alberto Alba, ha incidido en que “una educación sexual integral e inclusiva es la mejor herramienta para combatir la LGTBIfobia que últimamente reputa en las calles” y ha recordado que, “a pesar de ser obligatoria según la ley actual, la realidad es que se imparte de manera muy minoritaria en España y solo gracias al esfuerzo económico de las entidades LGTBI”.
Por eso, FELGTB ha lanzado una campaña para promover los beneficios de la educación en diversidad tanto para todo el alumnado, como para los centros educativos, las familias y la sociedad en general. “Supuso una oportunidad de construir en nuestro instituto un ambiente más abierto y respetuoso”; “después de aquello dejé de sentirme rara”; “te hace ser conscientes de que tú misma puedes salir del acoso escolar” o “entendí que si no era parte de la solución sería parte del problema”, son opiniones reales de jóvenes de distintos puntos de España sobre las charlas de educación en diversidad que recibieron en sus centros de enseñanza y que FELGTB ha recopilado para dar forma a esta campaña.
Con esta iniciativa, la Federación también pretende recaudar fondos de manera que cada persona interesada pueda aportar su granito de arena para hacer llegar las charlas de diversidad LGTBI a más aulas, así como ofrecer materiales educativos como El abecedario de la diversidad o Libros contra el odio a todo aquel docente interesado en luchar contra la LGTBIfobia con la mejor arma, la educación.