13 de enero: Día mundial de lucha contra la depresión

Al menos el 3,8% de la población mundial sufre o ha sufrido depresión, alrededor de 280 millones de personas en el mundo tienen depresión (OMS). Según Fundamed (2021), en España casi tres millones de personas han sido diagnosticadas de depresión, lo que la sitúa en la cabeza de las enfermedades mentales en nuestro país. Además, las muertes por suicidio han aumentado a nivel mudial, especialmente en España, donde se ha convertido en la primera causa de muerte no natural entre las personas adolescentes. La pandemia y el confinamiento por la COVID-19 ha hecho crecer desorbitadamente los problemas psicológicos como la ideación suicida (244,1%), la ansiedad (280,6%), la depresión (87,7%).

Poco a poco hemos conseguido, sobre todo las nuevas generaciones, quitar el estigma a la psicología y cada vez más personas ven acudir a terapia como un ejercicio de autocuidado de su salud mental y como un derecho fundamental. Aun así, existen hoy en día muchos prejuicios y mucha desinformación sobre las enfermedades de salud mental que hace que las personas que sufren alguna psicopatología, sean discriminadas, rechazadas, victimizadas o estigmatizadas. Actualmente, es casi imposible quedar exento de padecer algún tipo de patología de salud mental o de tener a alguien de nuestro entorno que la padezca, por ello es importante desestigmatizar, en este caso, la depresión. Porque cuanto más información tengamos sobre ella, más compresión y más herramientas de prevención tendremos.

¿Es la depresión igual que la tristeza?

La tristeza es una emoción básica y por tanto tiene una funcionalidad concreta para nuestra supervivencia. La depresión es una enfermedad que interfiere de manera significativa en la vida de las personas que la padecen. La tristeza puede incluirse dentro de la extensa sintomatología, como la irritabilidad, sensación de vacío, anhedonia (incapacidad para experimentar placer), pérdida de interés en actividades, sentimiento de culpa excesiva, problemas de atención y memoria (pérdida de memoria y dificultad para concentrarse), baja autoestima, sentimiento continuo de desesperanza en el futuro, ideaciones suicidas, fatiga o falta de energía, alteraciones del sueño (somnolencia o insomnio), cambios en el apetito (subidas o bajadas extremas de peso).

¿Cuáles son las causas y cuándo suele aparecer?

La depresión puede presentarse a cualquier edad, pero es recurrente a mediados de la adolescencia, y en la tercera y cuarta década de la vida. Las causas exactas son desconocidas, pero hay factores, tanto genéticos, ambientales como psicosociales que contribuyen a su desarrollo.

Por ejemplo, situaciones estresantes que se mantienen en un largo periodo de tiempo, como pérdidas, problemas laborales o familiares, o separaciones pueden desembocar en episodios de depresión mayor, pero en ningún caso, estos acontecimientos provocan depresión de larga duración, excepto en personas predispuestas a padecer dicha patología, o que por sus circunstancias vitales no dispongan de red de apoyo, o de herramientas para superar esta situación.

Las personas que ya han pasado por un episodio de depresión mayor tendrán más riesgo que las personas que no, de sufrir otro episodio futuro. La baja flexibilidad cognitiva o con tendencia a sufrir ansiedad, muestran mayor propensión a desarrollar un trastorno depresivo. Y por supuesto, la comorbilidad con otras patologías (físicas y/o psicológicas). Por otro lado, también hay episodios depresivos inducidos por fármacos o drogas.

¿Qué podemos hacer si creemos que tenemos depresión?

  • Acudir a nuestra unidad de salud mental de referencia
  • Comenzar o continuar con terapia psicológica
  • Hablar sobre ello, no aislarnos
  • No forzarnos: cuando nos rompemos una pierna no podemos correr una maratón, necesitamos reposo y rehabilitación, ir poco a poco. Cuando sufrimos depresión debemos darnos el mismo trato, reposo, cuidado, rehabilitación e ir poco a poco.
  • En caso de necesitarlo, empezar con tratamiento psicofarmacológico, preferiblemente en conjunto con terapia psicológica.
  • Ponernos en el centro. Nada es más importante que nuestra salud mental.

¿Cómo nos podemos proteger de sufrir depresión?

– Trabajar nuestra flexibilidad cognitiva, sentido del humor y habilidades sociales.

– Tener una buena red de apoyo (amigos, familia, pareja).

– Mejorar nuestra autoestima y nuestro autoconcepto.

– Practicar algún deporte o ejercicio físico.

– Tener herramientas para la gestión del estrés y la ansiedad.

– Ser más conscientes del presente, es decir, del aquí y ahora. 

– Aprender a reconocer y entender nuestras emociones y poder comunicarlas de manera asertiva.

– Poner límites: construir relaciones sanas

– Autocuidarnos y dejar cuidarnos

– Romper con vínculos que no nos hacen bien (aunque sea doloroso)

Recuerda que en Diversas contamos con acompañamiento psicológico gratuito para cuidar tu salud mental. Puedes solicitar cita 922 38 97 27 o mediante WhatsApp al 623 42 43 48.

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