El Día Europeo de las Víctimas de Delitos de Odio, conmemorado anualmente el 22 de julio, se erige como un recordatorio crucial de los desafíos persistentes que enfrentan individuos y comunidades que son objeto de agresiones motivadas por prejuicios. Desde una perspectiva técnica y jurídica, este día nos incita a examinar detenidamente los mecanismos existentes para la prevención y persecución de delitos de odio en la Unión Europea.
El 22 de julio ha sido elegido dentro de la campaña No Hate Speech, como Día Europeo de las Víctimas de los Delitos de Odio, en conmemoración del 22 de julio de 2011, día de los atentados de Oslo y Utoya, en Noruega. La gran mayoría de los muertos ese día eran jóvenes.
La definición conceptual de delitos de odio, en línea con los estándares de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), abarca transgresiones penales dirigidas contra personas o grupos debido a características compartidas como raza, origen nacional o étnico, lenguaje, color, religión, sexo, edad, discapacidad intelectual o física, orientación sexual u otros factores análogos. La legislación europea ha evolucionado para abordar esta problemática, siendo ejemplar el Artículo 6 A del Tratado de Ámsterdam modificado en 1997, que otorga competencias a la Unión Europea para intervenir en casos de discriminación por orientación sexual.
En el contexto de la comunidad LGBTIQA+, la persistencia de delitos de odio a lo largo de la historia subraya la necesidad de estrategias integrales. La LGBTIfobia, término que engloba el rechazo, discriminación o aversión hacia lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersexuales, genera repercusiones psicológicas adversas, lo que incluye ansiedad, agorafobia, ideación suicida y síntomas de estrés postraumático.
A nivel europeo, la Estrategia Integral contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y otras formas conexas de intolerancia, adoptada en 2011, destaca como uno de los primeros mecanismos estatales para combatir estos delitos. Sin embargo, el informe “2020 sobre la evolución de los delitos de odio en España” evidencia que la escalada de discursos de odio persiste, con un total de 2,459 delitos registrados por orientación sexual o identidad de género, incluyendo el trágico asesinato de Samuel Luiz en julio de 2021.
La falta de denuncias, un fenómeno identificado en una encuesta del Ministerio del Interior revela desconfianza en las instituciones y el temor a visibilizarse como personas LGBTIQA+. Este aspecto, desde una perspectiva técnica, evidencia la necesidad de fortalecer la confianza entre la comunidad y las autoridades, así como de revisar y mejorar los procedimientos de denuncia para aumentar la eficacia en la persecución de estos delitos.
Así, el Día Europeo de las Víctimas de Delitos de Odio nos insta a adoptar un enfoque técnico y holístico para abordar esta problemática, donde la sociedad civil organizada, las administraciones públicas y los poderes del estado deben trabajar de forma coordinada para establecer fórmulas de protección integral a las víctimas. En este sentido, dentro de STOP ODIO, servicio de acompañamiento a víctimas de delitos de odio e incidentes por LGBTIfobia; contamos con un equipo profesional que aborda las secuelas en la salud mental de las personas LGBTIQA+ víctimas de delitos de odio, así como el acompañamiento social para encauzar todos los procesos administrativos en la puesta de denuncias. Puedes solicitar cita previa en el 623 42 43 48.
En síntesis, la conmemoración del Día Europeo de las Víctimas de Delitos de Odio resalta la necesidad de adoptar un enfoque integral y técnico para abordar esta problemática, con especial atención a la situación en España. Implica la implicación activa tanto a nivel legislativo como estratégico, así como la promoción de cambios culturales significativos. En el contexto español, es esencial que la Unión Europea y el propio país refuercen continuamente sus marcos legales y políticas para asegurar una protección efectiva de las víctimas y avanzar progresivamente hacia la erradicación de la LGBTIfobia y otros delitos de odio. Solo mediante un enfoque técnico y multidimensional, adaptado a la realidad nacional, podemos construir una sociedad más inclusiva y justa para todas las personas LGBTIQA+ y sus familias.