¿QUÉ ES?
La hepatitis B es una enfermedad infecciosa grave causada por el virus de la hepatitis B (VHB), que afecta principalmente al hígado. Esta infección puede ser aguda o crónica, y su impacto en la salud pública es significativo debido a su potencial para causar cirrosis y cáncer de hígado.
SÍNTOMAS
La Hepatitis B tiene un largo período de incubación: de uno a seis meses. Durante este tiempo, la persona infectada puede no presentar síntomas.
Los síntomas en los primeros meses de infección pueden incluir fiebre, fatiga, náuseas, vómitos y dolor en la zona del hígado. En los estados más avanzados de la infección, la orina adquiere una coloración oscura y los excrementos son blanquecinos. Muchas personas adultas desarrollan ictericia, por lo que las pieles claras se tornan amarillas al igual que el blanco de los ojos. En un estado avanzado la Hepatitis B puede originar cirrosis, cáncer, e inclusive, la muerte.
TRANSMISIÓN
La hepatitis B se transmite a través del contacto con sangre u otros fluidos corporales de una persona infectada. Las vías más comunes de transmisión incluyen relaciones sexuales sin protección, compartir agujas o jeringas, así como el contacto con objetos personales contaminados como cepillos de dientes o cuchillas de afeitar. Además, puede transmitirse durante el parto, lo que subraya la importancia del cribado serológico en personas embarazadas.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
El diagnóstico de la hepatitis B se realiza mediante análisis de sangre que detectan antígenos y anticuerpos específicos del virus. Estos análisis ayudan a determinar si la infección es aguda o crónica y permiten evaluar el estado del hígado. En algunos casos, se pueden realizar pruebas adicionales como ecografías o biopsias hepáticas para evaluar el daño hepático.
El tratamiento para la hepatitis B varía según si la infección es aguda o crónica. La infección aguda generalmente no requiere tratamiento específico y se maneja con reposo y cuidados generales. En cambio, la hepatitis B crónica puede requerir medicamentos antivirales para reducir el riesgo de daño hepático progresivo. Es fundamental un seguimiento médico regular para monitorear la salud del hígado.
PREVENCIÓN
Existe una vacuna eficaz para evitar la infección del virus de la hepatitis B. Se suele administrar en 3 dosis. Puedes hablar con tu personal sanitario de referencia para saber si la tienes puesta o necesitas vacunarte (está incluida en el calendario de vacunación infantil desde hace años).
Si la persona no está vacunada, las medidas de prevención contra la infección de la hepatitis B son el empleo del preservativo en la penetración anal y vaginal, evitar la eyaculación en la boca o no compartir juguetes sexuales sin método de barrera.