¿QUÉ ES?
La sarna, también conocida como escabiosis, es una enfermedad cutánea altamente contagiosa causada por el ácaro Sarcoptes scabiei. Este parásito microscópico excava túneles en la capa superior de la piel para depositar sus huevos, lo que provoca una intensa picazón y erupciones cutáneas. Aunque la sarna puede afectar a personas de todas las edades y condiciones sociales, es más prevalente en áreas con condiciones de hacinamiento y recursos limitados.
SÍNTOMAS
Los síntomas más característicos de la sarna incluyen una picazón intensa que suele empeorar durante la noche y erupciones cutáneas en forma de pequeñas protuberancias rojas o surcos lineales. Estas manifestaciones suelen aparecer en áreas específicas del cuerpo, como entre los dedos, muñecas, codos, axilas y genitales.
Durante la infancia y la etapa de 0-3, las erupciones pueden ser más generalizadas y afectar las palmas de las manos, las plantas de los pies y el cuero cabelludo. En algunos casos, el rascado constante puede llevar a infecciones bacterianas secundarias.
TRANSMISIÓN
La sarna se propaga principalmente a través del contacto directo con la piel de una persona infectada. También puede transmitirse mediante el uso compartido de objetos personales contaminados, como ropa de cama y prendas de vestir.
La facilidad con la que se transmite esta enfermedad hace que los brotes sean comunes en entornos donde las personas viven en proximidad, como hogares de ancianos, guarderías y prisiones. Es importante destacar que la sarna puede transmitirse incluso antes de que aparezcan los síntomas visibles, lo que complica su control.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
El diagnóstico de la sarna se basa principalmente en el examen físico y la identificación visual de los síntomas característicos. En algunos casos, se pueden realizar raspados de piel para observar los ácaros o sus huevos bajo un microscopio. Sin embargo, este procedimiento no siempre es necesario si hay una fuerte sospecha clínica basada en los síntomas y el historial del paciente.
El tratamiento para la sarna implica el uso de medicamentos tópicos conocidos como escabicidas. La permetrina al 5% es uno de los tratamientos más comunes y efectivos, los cuales se aplican directamente sobre la piel afectada durante un período específico antes de ser lavada.
En casos más severos o cuando hay resistencia al tratamiento tópico, se puede prescribir ivermectina oral. Es crucial tratar a todas las personas que han estado en contacto cercano con alguien infectado para prevenir reinfestaciones.
PREVENCIÓN
La prevención de la sarna se centra en medidas que eviten la propagación del ácaro responsable de esta afección cutánea. Es fundamental evitar el contacto directo de piel a piel con personas infestadas, especialmente si presentan erupciones con picor. Además, se recomienda tratar a todos los miembros del hogar si uno de ellos está afectado, para prevenir la transmisión.
La ropa, sábanas y toallas que hayan estado en contacto con la persona infectada deben lavarse con agua caliente y secarse al sol o en secadora a alta temperatura. Los objetos que no puedan lavarse deben sellarse en bolsas plásticas durante al menos una semana para asegurar la eliminación de los ácaros.